Salvador Freixedo:
«En tiempos pasados los hombres estaban siempre en busca de Dioses a quienes adorar. En el futuro, los hombres vamos a tener que defendernos de los Dioses».
Comenta Freixedo de los dioses, con minúscula, que son seres más inteligentes que los humanos, que habitan o visitan este planeta, quizás en otros planos dimensionales, vibratorios o espacio-temporales, y que se han dedicado a manipular el psiquismo y la conducta humana para obtener alimento, conocimiento y diversión, desde la más remota antigüedad.
Los más inteligentes han brincado a nuestro propio nivel de existencia para aprovecharse de nosotros. Esas "entidades" han tomado diversas formas para presentarse ante el hombre, de acuerdo con la época. Han sido muy diversas pero muy evidentes y se han servido de muchas artimañas y herramientas místicas para llegar a nosotros porque nos quiere sacar provecho, de la misma forma en que nosotros necesitamos a los animales.
La constante en todas esas intervenciones es que todo lo que dichos seres hacen y dicen para convencer al hombre es mentira, y muy poco beneficio han traído a la humanidad en general.
El Pentateuco; descárgalo aquí:
http://www.hotshare.net/file/348205-8549368ced.html
Capitulo 4 Por qué y para qué se manifiestan
El cerebro humano tiene una natural actividad psíquica; esta actividad psíquica, a pesar de que vulgarmente es considerada como algo sinónimo de «espiritual», sin embargo, en último término, no es sino una actividad eléctrica, lo que equivale a decir física, que consiste, tal como ya dijimos, en la emisión de ondas o radiaciones, pero de una frecuencia y longitud, y con unas características peculiarísimas, que hace que tales radiaciones no puedan ser detectadas por los instrumentos normales que usan los físicos, y sí en cambio, por instrumentos biológicos, tales como los cerebros de otras personas o de otros seres vivientes.
Pues bien, los Dioses se interesan mucho por esta actividad psíquica del cerebro humano y en particular por toda la actividad psico-fisica de los cerebros, cuando éstos están sometidos a ciertas excitaciones. Los Dioses sí están capacitados para captar las ondas que en determinadas circunstancias emite el cerebro. Por lo tanto, su principal actividad entre nosotros —y ésta es una de las más importantes afirmaciones de este libro— consiste en propiciar estas circunstancias en las que el cerebro emite las ondas o radiaciones que a ellos les interesan.
¿Y qué sacan los Dioses de estas ondas emitidas por el cerebro humano?
La respuesta tiene que ser genérica: sacan algo. No sabemos exactamente qué; pero sí hemos llegado a la conclusión de que sacan algo, a juzgar por lo atentos que han estado siempre para conseguirlas.
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