Hemos encontrado una fuerte identidad entre Jefes olmecas, sumerios, hopis y egipcios.
La figura mitológica de la serpiente emplumada representada constantemente en Mesoamérica proviene de los olmecas.
En tradiciones posteriores el quetzal o serpiente emplumada fue conocido como el inventor de los libros y calendarios, el dador del maíz a la humanidad, y algunas veces como símbolo de muerte y resurrección, frecuentemente asociado al planeta Venus.
Los mayas le conocían como Kukulkán; los quiché como Gukumatz. Los toltecas retrataban a la serpiente emplumada como Quetzalcóatl, el rival de Tezcatlipoca.
En todos los casos, los narradores, los escribas, el pueblo, los veían como personajes muy poderosos y enfrentados, el tigre contra el dragón, la serpiente contra el jaguar.
El arte y la iconografía demuestran claramente la importancia de la deidad de la serpiente emplumada en la cronología mesoaméricana, así como en el arte olmeca.
William Henry dicen que las serpientes emplumadas parecen referirse a naves estelares.
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