El 14 de noviembre de 2003 astrónomos del Instituto Tecnológico de California, liderados por Mike Brown, descubrieron Sedna (nombre de la diosa inuit del mar).
El hallazgo fue consecuencia de una serie de observaciones efectuadas por el Telescopio Samuel Oschin, situado en el Observatorio de Monte Palomar (EE.UU.), de 1,2 metros de diámetro. Telescopios de los Estados Unidos, España y Chile aportaron importante información sobre la órbita preliminar, y el Telescopio Spitzer, de la NASA, recién instalado en órbita terrestre, tuvo en Setna sus primeros trabajos de investigación. Setna se encuentra a 13.000 millones de kilómetros, o casi tres veces más lejano del Sol que Plutón, el último de los planetas conocidos. Este asteroide tiene una órbita excéntrica; se sitúa a las afueras del Cinturón de Kuiper, aunque realmente dentro de él. La Nube de Oort, por su parte, se trata de una gigantesca zona situada mucho, mucho más lejos, en el borde mismo del Sistema Solar, y donde la influencia gravitatoria del Sol empieza a ser notablemente baja.
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